jueves, 12 de noviembre de 2015

Plantillas para running, como se hacen.



Continuamente tratamos con pacientes que llegan a nuestra consulta con los prejuicios a los que somos tan permeables los seres humanos. Leemos, nos informamos, comentamos entre amigos y entre todos esos imputs recibidos, nos formamos nuestra propia opinión, la que nos predispone para realizar la primera entrevista con nuestro especialista,  rodeados de una  coraza defensiva. Porque lo primero que tememos es que nos “vendan” las plantillas que no necesitamos. Salvo casos concretos y evidentes por supuesto.
Nuestro cuerpo no es simétrico, no pisamos con la misma fuerza con la derecha que con la izquierda, no alineamos perfectamente nuestra columna y así un sinfín de diferencias que hacen precisamente de nuestro esqueleto un conjunto único e irrepetible.
Seguro que además tenemos diferencias evidentes con nuestro compañero de entrenamiento o de salidas runners, peso, estatura, resistencia a la fatiga, capacidad aeróbica y así una larga lista de disimilitudes.
¿Entonces, porque creemos que lo que le va bien a uno nos puede ir igual a nosotros o viceversa? ¿Somos capaces de comprarnos las gafas de la misma graduación de nuestro amigo sólo porque nos parece que vemos con la misma intensidad sin visitar un oftalmólogo especialista?   Pues en nuestro campo sucede exactamente lo mismo. Por eso creemos que las plantillas estándar que hay en el mercado no son una solución adecuada a nuestra patología si no somos capaces de llegar a las mismas con un estudio biométrico de la pisada previo.
Luego de un estudio biométrico de la pisada donde manejamos parámetros específicos, nuestro especialista hará una serie de preguntas tendentes a clarificar los datos de utilización de la misma. Paso seguido procederá a la fabricación de la misma, que será individualizada y ajustada a su anatomía plantar. Para ello podemos explicar los siguientes materiales y su aplicación:
Resinas: Material de base de la plantilla, la cual aporta unas condiciones de rigidez, flexibilidad y resistencia necesarias para adaptarse al pie del paciente.
Materiales de corrección: Son los materiales destinados a corregir la posición del pie dentro del calzado. Se utilizan de mayor o menor densidad en función del grado de corrección y del tipo de pie que presente el paciente.
Forro: es el elemento de cobertura  plantilla con propiedades para ofrecer un mayor confort y durabilidad. Digamos que es el que está en contacto con el pie.
Materiales técnicos:
- Amortiguación: se utiliza para la absorción del impacto y dispersión de las ondas choque.
- Propulsión: se colocan en la zona anterior de la plantilla para adaptarse a las condiciones de cada uno de los deportes ayudando a impulsar el pie.
Luego de esta fase donde se inicia un período de adaptación, que puede ser más o menos corto en el tiempo, vamos haciendo las correcciones oportunas si las hubiere. Pasado un tiempo estipulado entre los 6 a 8 meses tenemos una revisión para corregir las desviaciones que se hayan producido, constatar las sensaciones con el paciente y porqué no, adaptarlas a nuevos retos e intensidades.
Este es el camino a seguir si queremos prevenir lesiones futuras y mejorar nuestro rendimiento deportivo, como siempre tutelado por especialistas con los conocimientos, la experiencia y la formación necesaria para la salud de nuestros pies.  

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